En cada vivero de la provincia se repite la misma pregunta cada vez que se acerca el invierno. ¿Cuándo debemos podar nuestras plantas?, ¿influye el cambio en el clima, que retarda cada vez más los fríos? Consejos sobre qué se puede hacer y qué no en esta nota.

El Ministerio del Campo, a través de la consulta a profesionales del vivero provincial (IMPROFOP), dio algunos consejos a tener en cuenta a la hora de planificar podas correctivas, de mantenimiento u ornamentales.

Con respecto a la poda de árboles ornamentales, es importante tener en cuenta algunos conceptos básicos. En primer lugar, reconocer la especie a podar y su requerimiento, respetar las reglamentaciones municipales y esperar la época adecuada. Por supuesto, es fundamental emplear las herramientas correctas y no podar si no es necesario.

Qué debemos saber:

Las podas difieren según el árbol. No es lo mismo la poda de un árbol frutal que para una correcta fructificación requiere realizarse todos los años, que la de un árbol ornamental que solo debe podarse cuando sea necesario.

“Naturalmente, las plantas no necesitan podas, sino que nosotros las podamos para beneficio propio, es decir, que los árboles ornamentales no necesitan podas drásticas solo porque ha llegado el invierno, sino que solo se realizan podas de mantenimiento según el estado de cada planta”, señaló Susana Nery, la responsable del personal técnico del vivero IMPROFOP.

¿Cuál es la mejor época para podar?

En general, la mejor época para la poda es finales de invierno porque:

  • Se encuentran los árboles sin follaje y permite ver mejor las ramas.
  • No se ve afectado el crecimiento porque no hay necesidad de producción de savia, como es cuando está en plena etapa de crecimiento (primavera, verano).
  • No hay diseminación de ciertos hongos que pueden ingresar por la zona cortada
  • Existen excepciones para los árboles que florecen a comienzos de primavera, que no deben ser podados hasta después de la floración. Ejemplos aromo, ciruelo de flor, durazno de flor, jacarandá, árbol de judea, etc.

Tipos de poda

1-            De formación

2-            De mantenimiento

Si no se hiciera poda de formación y se dejara al árbol totalmente libre, seguramente tendría un aspecto poco ornamental o “salvaje” y eso, en la mayoría de los casos, no conviene.

Según la especie, requerirá más poda de formación o menos, por ejemplo, un abeto, un liquidámbar o, en general, las coníferas ornamentales necesitan una mínima poda de este tipo.

Una vez que tenemos el árbol bien formado, es decir, con la copa a una cierta altura, con sus ramas principales y secundarias elegidas y bien dispuestas, habrá que controlar durante el crecimiento de cada planta, durante toda la vida del ejemplar, si necesita una poda de mantenimiento.

Esta poda consiste en eliminar elementos indeseables como ramas secas, chupones, ramas con riesgo de rotura, ramas que estorben el paso de personas o toquen cables o edificios y aclarar la copa del exceso de ramas.

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